En los pequeños jardines y parques urbanos, así como en las áreas recreativas o junto a algunas fuentes, se pueden observar árboles y arbustos que no son los propios de nuestras montañas, pero que también es interesante conocer y valorar.
Entre la calles de San Cristóbal y San Mateo se encuentra una secuoya (Sequoia semprevirens) plantada a finales del siglo XX y que ya tiene un elevado porte.

Secuoya
Junto al anterior se sitúa un cedro del Himalaya (Cedrus deodara), de igual edad.

Cedro deodara